Youtube, la nueva televisión

El gigante de internet Google tiene previsto renovar su  popular web de vídeos Youtube, para convertirlo en una plataforma televisiva en la red con programación propia.

Según Wall Street Journal, a partir de 2012 Youtube estrenará unos 20 canales de contenidos exclusivos con calidad profesional, centrándose en temas como el arte o el deporte. Además, tendrán una programación semanal, con el objetivo de crear una audiencia estable y vender espacio publicitario.

El proyecto supondrá una inversión de 73 millones de euros para la producción de contenidos de bajo coste, diseñados específicamente para Youtube.

La propuesta puede ser una amenaza para la televisión tradicional pero también un impulso hacia la evolución de esta. La integración de este medio con internet, las posibilidades de poder disfrutar de una televisión interactiva, una TV social, hacen que el cambio sea inevitable y que las cadenas se adapten, tarde o temprano, al nuevo escenario.

Denisa Badea

Un futuro de adictos a la información

«En 2020 todo el mundo será adicto a la información«. A esta conclusión llegaba el Grupo Sogeti (compañía especialista en Servicios Tecnológicos y Soluciones de valor añadido alrededor de los Sistemas de Información y las Infraestructuras que los soportan) en uno de sus estudios. Mediante lo que han llamado The App Effect (El Efecto Aplicación, si quisiéramos traducirlo), la empresa ha realizado una serie de conclusiones que analizan los patrones de comportamiento social para el año 2020.

Así, aportan una serie de datos que ya empiezan a mostrar indicios de lo que, si las predicciones se cumplen, nos espera dentro de nueve años. Por ejemplo, la empresa Nielsen, que ofrece información de mercados,  indica que el 57% de los usuarios de iPad se llevan a la cama su dispositivo, que el 58% de las personas que van a visitar a familiares o amigos consultan su smartphone durante la visita y que lo mismo ocurre con el 44% de los usuarios de iPad. Asimismo, un estudio titulado The World Unplugged, o El Mundo Desenchufado, instaba a mil estudiantes en cuatro continentes a que apagaran sus dispositivos móviles, ordenadores, o en definitiva, cualquier medio que les permitiera comunicarse o recibir información, durante un periodo de 24 horas, con resultados entre los que cabían síntomas de ansiedad y depresión entre otros.


Comenzamos a hablar de adictos a la información, y no de adictos a Internet o a las nuevas tecnologías, puesto que las noticias dejan de remitir sólo a aquello que vemos en las informativos de televisión y en los periódicos y adquiere una dimensión más amplia donde se incluye cualquier acontecimiento, desde una actualización de twitter a una búsqueda en Google. Además, las noticias no se buscan, sino que llegan desde una cantidad incontrolable de vías, y por ende el usuario ya no se dirige a los medios tradicionales de comunicación, o sus versiones digitales, para mantenerse al tanto de la actualidad, sino que va recopilando información desde fuentes diversas.

Los usuarios, y cuando hablamos de usuarios nos referimos básicamente a  las generaciones de la era digital, absorben casi toda la información de sitios web como Facebook, Twitter, Gmail, etc. Para el ciberperiodismo estas conclusiones redefinen toda su estructura y requieren un cambio en su planteamiento. El individuo está experimentando una transición donde la información personalizada es la clave y, por lo tanto, las empresas deberán dejar de centrarse en las preferencias de los usuarios para pasar a analizar su comportamiento.

Podemos encontrar ya algunos ejemplos que condensan los cambios en el modo de consumir que las nuevas generaciones traen consigo. El «periódico a tiempo real de Facebook» o PostPost, es una aplicación web que ha sido definida como agregador de noticias y que consiste en una recopilación de las publicaciones de los contactos de Facebook, de los tweets más importantes de Twitter, etc. Actualmente PostPost ha evolucionado en Postano, y aunque se trate más de un organizador de información que de un periódico, es claro síntoma del rumbo que el mundo de la información y la comunicación está tomando.


No podemos saber con certeza hacia donde desembocarán las tendencias ya latentes en la generación social, lo que sí sabemos es que, seguramente, el replanteamiento del término información y del concepto de las noticias será imprescindible para concebir un nuevo marco para los medios de comunicación, donde el usuario y su comportamiento condicionarán los contenidos que cada vez serán más personalizados.

Laura Ferrer

¿Navegando o vageando?, un nuevo modelo para editar contenidos

Cada vez son más los reporteros que utilizan internet para contrastar fuentes e incluso buscar contenidos. Resulta muy fácil entrar en cualquier buscador, desde casa o la oficina, y no salir a la calle para buscar los testimonios y la información. Este modelo se va instaurando cada vez más en las redacciones debido a la velocidad con la que se publica y actualiza la información en la red pero, ¿podemos llamar a esto periodismo de calidad?.

Mi respuesta sería clara: NO. Un periodista debe buscar bien sus fuentes y hacer una investigación previa para ofrecer artículos de calidad. Con la búsqueda en internet se tiende a la homogeneización de los contenidos. Todos los medios, tanto digitales como de prensa escrita, hablan de lo mismo. La variedad de contenidos no suele salirse de un esquema o escaleta de noticas que parece seguir el mismo patrón para los distintos medios. La única variación que podríamos observar sería el enfoque o punto de vista que ofrece cada uno de ellos. La cuestión es que parece que piensen en el lector-consumidor de prensa como una única mente colectiva con los mismos intereses, pero no es así.

Por suerte, ahora tenemos herramientas suficientes para encontrar la información que más nos interese. La red pone a nuestra disposición un amplio abanico de medios digitales, tanto nacionales como internacionales, en los que podemos encontrar aquello que buscamos. También podemos recurrir a las redes sociales como facebook, tuenti o twitter para conocer lo que sucede en el lugar de los hechos. Para el lector es una herramienta muy útil ya que se puede estar informado casi de manera inmediata de un acontecimiento que ocurre a miles de kilómetros.

Como acabo de comentar, las redes sociales son herramientas muy útiles para los lectores, pero no para los redactores. No creo que los periodistas deban utilizar dichas redes como fuente de contenidos. Pueden utilizarlo para informarse y, a partir de ahí, realizar un proceso de investigación con el fin de obtener la mayor fiabilidad y calidad. Todos conocemos casos de redacciones que han utilizado internet para buscar contenidos y han resultado no ser veraces, es el caso, por ejemplo, de ‘El Mundo.es’. Este medio se hizo eco de una noticia titulada ‘Obama, ¿pillado haciendo play back?. La fuente de información que utilizaron es The Onion News, un portal que se dedica a parodiar noticias.

http://www.periodistadigital.com/periodismo/internet/2010/03/05/mundo-publica-noticia-una-broma-sobre-obama-play-back.shtml

Como este hay muchísimos ejemplos de medios que han utilizado como fuente artículos de páginas que se dedican a la sátira informativa.

En definitiva, es evidente que el neo-periodista o ciberperiodista debe marcarse unas pautas y un modelo de trabajo con el fin de ofrecer contenidos veraces, de calidad y cuyas fuentes sean de la mayor fiabilidad posible.

Antonio Caballero Muñoz

Las redes sociales como fuente de noticias

La polémica se desató el pasado martes 27 de septiembre cuando el Vicesecretario General del Partido Popular, Esteban González Pons, acusó en su cuenta de twitter al informativo del canal 24h de Rtve de hacer campaña política a favor de Alfredo Pérez Rubalcaba.

 Durante el informativo se veían al fondo unas pequeñas pantallas donde podían verse las imágenes que se estaban trabajando en el programa para ser emitidas a continuación, y ésto fue considerado por González Pons como una manera de promocionar a la oposición. Rtve no tardó en contestar a las acusaciones desde Twitter, alegando que éstas imágenes habían ido variando en el transcurso del programa y que, incluso, en otros momentos, podían verse en esas mismas pantallas imágenes del Partido Popular, hecho que acreditaron con un enlace a un vídeo del mismo informativo que permitía comprobarlo.

Este tweet no hizo más que acrecentar el conflicto, pues Pons, poco satisfecho con la respuesta del canal 24h, continuó con sus quejas que sólo resultaron en una avalancha de insultos y críticas por parte de muchos de los usuarios de Twitter.

El programa de humor El Intermedio, de La Sexta, se hizo eco de la polémica y comentó durante el programa del miércoles la discusión entre el Vicesecretario, Rtve y los usuarios de Twitter. Pons, espectador del programa, hizo varios comentarios desde la red social, criticando el punto de vista de El Intermedio, que solidarizándose con Rtve, aportó pruebas de la falsedad de sus acusaciones.

La polémica continúo hasta ayer, 29 de septiembre, cuando el Intermedio y Pons dieron por finalizado el enfrentamiento, comprendiendo que bajo puntos de vista opuestos, el acuerdo podría no llegar nunca.

Los detalles del conflicto no nos interesan, y tampoco vamos a entrar a considerar quién tenía o no la razón, pues lo que pretendíamos ilustrar con este suceso es la manera en que los medios tradicionales se sirven de las plataformas digitales, en este caso, las redes sociales, como fuente noticias de interés.

De este modo buscamos reflejar que, de alguna manera, no es oposición lo que encontramos entre los medios tradicionales y digitales. El uno se sirve del otro, y se utilizan mutuamente como fuentes creadoras y transmisoras de información. En particular, las redes sociales están cobrando en los últimos tiempos un protagonismo sin precedentes, y ya no nos sorprende encontrar en los informativos múltiples noticias basadas en alegaciones de diferentes personalidades a través de redes sociales (especialmente desde Twitter).

Aún así, no está de más preguntarse hasta qué punto este sustento mutuo es imprescindible para la supervivencia de cada uno de los medios, tradicionales y digitales. Y si, realmente, como todo apunta, con el desarrollo de las próximas generaciones, medios como la televisión, la radio y el periódico perderán cada vez más y más fuerza en pro de sus versiones digitales.

Ante esta perspectiva no podemos más que especular y vaticinar sin precisión los cambios que el terreno de la comunicación pueda experimentar en los próximos años. Lo que ocurra exactamente es algo que sólo el tiempo sabrá.

                                                                                                                         Laura Ferrer

Dimensión y fronteras de los medios digitales

El pasado 20 de septiembre, la edición digital del periódico La Razón publicaba en la sección dedicada a la política un artículo titulado «Un saludo que no es poco por Santiago SEGURA”, con el subtítulo “Presentación del libro de Rajoy “en confianza””.La publicación consistía en un relato en primera persona que el actor habría redactado contando su encuentro con el líder del Partido Popular en el puente aéreo Madrid-Barcelona, y que venía publicado con, lo que se entiende, era la firma de Segura como autor del texto.

Realmente esto no sería de gran interés si no fuera porque, indagando en la cuenta de Twitter de Santiago Segura, podíamos encontrar lo siguiente al poco rato de la publicación del artículo:

Al parecer el periódico digital La Razón habría realizado una llamada telefónica al actor y director de la saga Torrente, y utilizando sus respuestas habrían elaborado el relato que nos ofrecieron en el artículo anteriormente citado. «Poco ético, no me importa responder a unas preguntas, pero que las unan a su aire con toques de su cosecha y hagan una columna.» escribía Segura en otros de sus tweets.

Ante esta situación cabe plantearse si los mismos filtros que se aplican al periodismo tradicional impreso, se aplican al periodismo digital, o en otras palabras, ¿cabe esperar la misma veracidad de un periódico impreso que de un periódico digital?

A primera vista la respuesta no parecería compleja, pues pensaríamos que la gestión de un periódico debería ser la misma en cualquiera de sus ediciones. Pero si reflexionamos sobre el medio digital como tal, vemos que las necesidades, cuanto menos, son diferentes. En primer lugar porque el periódico digital está continuamente siendo actualizado, y tiene el factor de inmediatez del que el medio impreso no puede hacer gala. En segundo lugar porque de lo anterior se desprende que el proceso necesario para publicar un artículo digital se acortaría.

Pero estos aspectos sólo podrían justificar errores inocentes debidos a la necesidad de rapidez e inmediatez, y en ningún caso la reelaboración de una entrevista completa con el formato de un relato en primera persona, sobre todo si éste se acompaña con el nombre del presunto autor, dando a entender que cada palabra escrita es suya.

Afortunadamente Internet pone a nuestra disposición herramientas suficientes para que podamos contrastar por nosotros mismos y decidir bajo nuestro criterio qué consideramos válido y qué no. En este caso, con comprobar la opinión personal que el «autor» del relato publica en Twitter, comprobamos enseguida cual es su punto de vista.

El periodismo digital adquiere una nueva dimensión, en la que el propio lector se puede convertir en «periodista», es capaz de pasar de una versión de un hecho a otra en cuestión de segundos, e incluso ahora puede ir directamente a la fuente de los hechos. Redes sociales y medios digitales establecen nuevas relaciones y se nutren el uno del otro para formar un nuevo panorama en el que las fronteras entre información y comunicación se diluyen más que nunca.

                                                                                                                            Laura Ferrer